En estos momentos estoy del lado del adulto, del docente que se encarga de acompañar a un niño que transita un periodo de enfermedad. Pero lo interesante de estas vueltas de la vida, es que hace muchos años, la niña que estaba del otro lado, era yo.
Hace treinta años, cuando estuve internada, la verdad, que no se si es porque no existia o porque justo me toco el periodo de verano, no tuve la oportunidad de conocer el servicio hospitalario.
Estuve internada en el hospital Ricardo Gutierrez y compartia la sala con muchos chicos, con variadas patologias.
Lo que si recuerdo bien es lo sola que me sentia en ese lugar a pesar de estar rodeada de personas.
Los voluntarios que venian casi todas las tardes cumplian una excelente tarea de acompañamiento, y eran una opcion ante tanta soledad.
viernes, 11 de julio de 2008
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